Lo que me hubiera gustado saber antes de empezar a meditar
La meditación es mucho más profunda de lo que imaginas.
Quiero ser honesto contigo.
Yo era de esas personas que pensaba que la meditación era para hippies y monjes.
La asociaba con alguien sentado en posición de loto, haciendo sonidos extraños y tratando de llegar a un estado místico.
Fue después de tocar fondo, desesperado por encontrar cualquier solución, cuando no vi otra alternativa más que probar la meditación.
Y lo que comenzó como un último recurso, terminó transformando mi vida por completo.
Después de años de práctica, ahora estoy convencido de que la meditación no solo te ayuda a ser una persona más paciente y tranquila...
Sino que es la mejor herramienta que existe para entender la verdadera naturaleza de tu Ser.
Pero mi camino no fue fácil ni lineal.
Cometí muchos errores y, de hecho, me rendí tres veces antes de hacer de la meditación un hábito constante.
Por eso, hoy quiero compartir contigo lo que he aprendido, para así ahorrarte años de frustración y ayudarte a avanzar más rápido en tu práctica.
Estas son las 5 cosas que me hubiera gustado saber cuando comencé a meditar:
1. La meditación es mucho más que una técnica de relajación
En Occidente, la meditación suele verse como una simple herramienta para calmar la mente y reducir el estrés.
La mayoría de los psicólogos y terapeutas la recomiendan precisamente para eso.
Pero limitar la meditación a una simple técnica de relajación es malinterpretar su verdadero potencial.
Durante miles de años, la meditación ha sido una práctica utilizada para comprender la naturaleza de la mente humana.
Cuando te sientas a meditar, empiezas a reconocer los patrones de tus pensamientos: cómo surgen, cómo se desarrollan, y cómo se entrelazan con tus experiencias.
Este proceso de observación te lleva a darte cuenta de que esa voz en tu cabeza no es quien realmente eres.
Y en esa comprensión, se abre la puerta a una forma mucho más profunda de entender tu verdadera esencia.
2. No estás meditando si no aceptas el momento presente
Académicamente, la meditación tiene dos pilares fundamentales:
Consciencia del momento presente
Aceptación del momento presente
Sin embargo, la mayoría olvida el segundo.
Son conscientes de su respiración, del cuerpo, de los sonidos... pero en cuanto surge un pensamiento o una sensación desagradable, intentan evitarlo o hacerlo desaparecer.
Si haces eso, no estás meditando.
Una técnica que me ha ayudado a cultivar la aceptación es lo que llamo la práctica del espejo.
Un espejo:
No juzga.
No cambia nada.
Solo refleja lo que está frente a él.
De la misma forma, meditar no es controlar ni rechazar, sino simplemente ser el espacio donde el momento presente se manifiesta.
No luches contra lo que surge. No te aferres a nada. Solo observa, como un espejo.
3. Aprender a meditar no es fácil
El ser humano ha construido una forma de vivir increíblemente compleja.
Fuimos educados a categorizar lo que nos rodea en etiquetas y conceptos, a dividir nuestra experiencia en "bueno" y "malo", a juzgar constantemente cada momento en lugar de simplemente vivirlo.
Nos hemos acostumbrado a estar siempre distraídos, ya sea con el celular o con nuestros pensamientos.
Meditar es el arte de desaprender esta forma habitual de ser.
Por eso, es normal que al principio se sienta difícil.
Me gusta compararla con aprender a tocar un instrumento o un nuevo idioma.
No es algo que domines de inmediato, pero con práctica y paciencia, es completamente posible.
4. No se trata de dejar la mente en blanco
Creer que meditar significa "no pensar" es uno de los errores más comunes.
Si vas con esa expectativa, te frustrarás cada vez que aparezca un pensamiento.
Te juzgarás por no poder "callar la mente".
Y terminarás sintiéndote como un fracaso.
Pero aquí está la verdad:
La meditación no consiste en detener los pensamientos.
No se trata de controlar la mente ni de dominarla.
Se trata de observar sin juzgar.
Eso es todo.
5. La verdad es un terreno sin caminos
Te imaginas que, al meditar y emprender tu camino espiritual, alcanzarás ese estado mágico donde tus ansiedades desaparecerán…
Donde por fin serás feliz...
Y mientras sueñas con ese futuro perfecto, la vida real se te escapa entre los dedos.
La meditación te enseña que lo que buscas ya está en ti.
No hay nada que alcanzar.
No hay ningún lugar al cual llegar.
Solo tienes que experimentar este momento...
Realmente experimentarlo.
Para darte cuenta que ya eres y siempre has sido... todo lo que buscabas encontrar.
Reflexión final
Miguel Ángel decía que él no creaba sus esculturas, solo quitaba el exceso de piedra para revelar la forma que siempre había estado ahí.
De eso se trata la meditación…
De soltar los conceptos, las ideas, el ruido…
Para ver con claridad lo que siempre has sido.
Si quieres aprender a meditar te recomiendo escuchar el curso introductorio de 30 días en la app.
Eso es todo por hoy.
Un abrazo,
Matias
Excelente articulo. Pedirle a la mente que deje de pensar es como pedirle al corazon que deje de latir. La meditacion no se trata de matar la mente pero dejarla ser y ser libre.